Millones en todo el mundo comen fideos instantáneos todos los días porque son fáciles de hacer, baratos y se pueden encontrar en casi todos los supermercados. En la línea de producción de fideos instantáneos, los ingredientes crudos se convierten en un producto terminado al mezclarlos, cocinarlos al vapor, cortarlos, freírlos, enfriarlos, sazonarlos y envasarlos. Los sistemas de control de calidad aseguran que el producto terminado cumpla con los estándares y se han implementado prácticas sostenibles para reducir el daño que la producción causa al medio ambiente. Los fideos instantáneos generalmente son seguros para comer siempre que estén hechos y cocinados correctamente. Se pueden cocinar en el microondas y tienen una vida útil de hasta dos años si se almacenan adecuadamente.